hola...

Por que mi mundo no es color de rosa....

lunes, 21 de noviembre de 2011

Parejas...

Camino apresuradamente mientras hojas envejecidas caen a mí alrededor, tomo con fuerza aquellos papeles que han provocado miles de sensaciones en mí. Por fin logro observarte; tu absorto observas tu reloj, un escalofrió recorre mi cuerpo.
Me detengo….
Alguien me empuja, una pareja camina discutiendo, mi celular comienza a reclamar mi atención. La joven trata de cubrir inútilmente aquellos moretones…
Eres tu… te observo…
¿Bueno?... ¿Dónde estás?...
Aquella pareja extrañamente familiar pasa a tu lado, escucho tu voz llamándome por el auricular; él comienza a tirar de ella con fuerza. Susurro tu nombre, sigues reclamando mi impuntualidad, el viento frío juega con mi cabello.
Sonriendo me acerco, la pareja se aleja…
Furioso me observas, te abrazo.
Gracias…
Beso tu mejilla, alejándome de ti deposito en un cesto de basura aquellos papeles. Camino lentamente, dentro de mí… Alguien patea.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Un Recuerdo...

Duermase niño,
Duermase ya,
Cierra los ojos…
Te observo en mi recamara cantando una cancion de cuna, entre los brazos aquel muñeco roto y desvencijado.
El cabello negro se despliega sobre tu espalda, la piel aterciopelada brilla con los finos rayos del sol.
Me acerco cautelosamente.
Recuerdo tu voz susurrando mi nombre, mientras aquella manos agiles tejian mis sueños, ¿lo recuerdas?- pregunto- mientras permaneces absorta en el juego. Tienes razón, ha pasado  demasiado tiempo desde aquellos días en los que me protegías de las sombras que me ascediaban día y noche. Gañanes que miraban mi cuerpo cambiante de niña. Repertias una y mil veces que me portara bien, muchas ocasiones desobedeci, me perdonabas, exclamando “todo esta bien”, como me gustaba aquella sonrisa tan pura y dulce.
Parti de casa, en la primer semana nunca olvidaste llamar cada dos horas preocupada por mi salud, una época dificil para ambas. Despues mi boda, tu nieto… eras la mujer más feliz del mundo.
Pero la utopia término, dejaste de llamar, no me visitabas más, un abismo crecia,te llamaba no contestabas, te visitaba no te encontrabas. Una fría tarde de noviembre saliste de casa buscando una luz en la oscuridad de tu mente, perdiste tu camino entre la gentuza de este mundo, busque, llame, grite tu nombre mientas  la inmensa oscuridad crecía. No te halle, dias, meses, años, de locura y dolor desenfrenados…
Y aquí estas despues de tanto tiempo, en el mismo lugar en el que te conoci, ¿lo recuerdas?
No te preocupes, es absurdo pedírtelo, de todas formas fue hace tanto tiempo.
Me siento a tu lado observándote descubro con sorpresa un cabello blanco sobre tu rostro, unos ojos cansados y una piel marchita cubriendo tu cuerpo, levantas tu mirada, me observas fijamente, sonriendo  preguntas:
¿Quién eres?
Sonrío acariciándote el rostro, te abrazo ocultando mi rostro inundado en lágrimas, lentamente susurro a tu oído:
Soy solo un recuerdo…

La Mar...

Es la tarde salada la que no envuelve, citas alternadas de abrazos y llantos, consuelos de ayer que humedecen mejillas y llenan el alma.
Las arrugas que forma el mar al chocar con la arena se prolongan hasta sus ojos, su alma rasgada lucha por sobrevivir en el vaivén de las olas que irrumpen una y otra vez incesantes rompiendo la paz del silencio.
Sonríe, solo un instante, el viento sobre su cara, la retorna al marasmo que antes la envolvía.
En el cielo una gaviota sobrevuela el mar buscando a su siguiente victima, nerviosa comento los planes de mi futura boda, la observo, los recuerdos de aquellas tardes jugando a ser madres regresan con el atardecer. Mientras el mar la hipnotiza, no cuestiono el origen de aquel llanto desenfrenado, la conozco lo suficiente para saber que no me lo dirá para no preocuparme.
La luna y las estrellas comienzan a dejarse ver, tengo que irme, la abrazo su cuerpo se encuentra ausente, un escalofrío recorre mi cuerpo, ella solo esboza una sonrisa diciendo adiós con la mano.
Abordo mi auto y conduzco a casa sin parar, las lágrimas corren por mis mejillas.
Al día siguiente la imagen de un cadáver flotando en el mar aparece en el monitor.

lunes, 5 de septiembre de 2011

EL CAFÉ

El manto húmedo envuelve el ambiente, este sábado frío, húmedo y melancólico como muchos  trae recuerdos, a veces fatales otros tranquilos. 
Dulce llega puntualmente, observa detenidamente buscando entre la multitud, se detiene un momento y mirándose los viejos jeans suspira, alza la vista reprochándole al cielo su falta de aprecio; aquel vestido de terciopelo tendrá que esperar otra ocasión…
Con el cuerpo entumecido abro la puerta de la cafetería,   el dulce aroma del café  recién hecho se introduce en mí, cierro los ojos para atraparlo, para llenarme de él y que sirva de ambiente en un recuerdo próximo. El murmullo de los presentes levanta mi ánimo, suspiro y me doy fuerzas para avanzar, escojo la mesa más alejada, “un lugar perfecto”. Observo el reloj en la pared contraria y festejo la llegada a tiempo, son las nueve en punto.
En la cafetería la vida transcurre entre ajetreos, que van y vienen, voces distantes, susurros que elevan el calor del lugar, tanto, que la ventana responde empañándose como si tuviera vergüenza, como si se sonrojara. Una pareja ingresa al lugar, ella lo besa con ternura, la envidia recorre el  cuerpo de Dulce.  
Desvío la mirada hacia la ventana,  te busco entre la gente, ¿cuánto tiempo más? Un camión irrumpe mis pensamientos, los pasajeros descienden; algunos corren, tal vez huyen de la lluvia o por la tardanza que llevan, mientras otros, caminan lento sin preocupación alguna. Esbozando una sonrisa miro hacia la cocina, sé que no descenderás de ese camión…
El tiempo transcurre. La cocinera acalorada prepara los alimentos, una bella sonrisa adorna su rostro sudoroso… un joven vivaz entrega las órdenes que al pasar junto a Dulce le sonríe.
Miro el reloj: diez treinta. El joven que atiende me recuerda a ti; la  tarde cuando por equivocación me confundiste con una conocida, lo recuerdo bien...
La gente entra y sale. Dulce  sigue ahí sentada, esperando…
Una conocida con su pareja se sienta a tres mesas de distancia, no me ve, desvió la mirada hacia la venta,  pretexto un último intento por buscarte… El joven se acerca, mi corazón se confunde y se acelera sin comprender el por qué. Como sucedió contigo la primera vez, como sucede ahora que el joven coloca un vaso de agua. 
-¿Va a ordenar algo?
Dulce sonríe, los recuerdos, la tibieza del lugar,  el aroma del café, la gente corriendo, la lluvia,  el amor…
-Dos cafés,  por favor… mi novio no tarda en llegar.
El tiempo pasa.

viernes, 26 de agosto de 2011

Una cena...

Sonreí, eras tú…
Te reconocí de inmediato esos ojos, el cabello rebelde y tu voz, al fin el destino se había apiadado de mí  estaba frente a ti…
Sonreímos, mi corazón me  delata, nervioso observas al hombre que se encuentra a mi lado.
Perdón…
Susurre mientras ambos se presentaban, dirigí la mirada hacia la luna rogando que tal vez no te hubieras percatado de las pequeñas arrugas que cubrían mi cuerpo y las pequeñas mechas plateadas que amenazaban con cubrir el cabello que tanto te gustaba, seguías siendo el mismo muchacho carismático del que me enamore.
Perdóname…
Me sonríes ella toma tu mano y sonriéndome te aleja de mi lado, un sentimiento de envidia recorre mi cuerpo, así sin más la velada transcurre sin alteración; alguna te observo, de verdad no has cambiado nada, un nudo se forma en mi garganta mientras recuerdo mi abandono…
Perdóname, perdóname…
Ha llegado el final de este encuentro mi pequeña niña te besa y muestra orgullosa el anillo que le entregaste junto con tu corazón. Ha llegado el momento que más temía, te acercas y besándome en la mejilla susurras lentamente.
Mi padre le manda muchos saludos…
Te alejas…
Sonrío mientras tomo la mano de mi esposo, él se parece tanto a ti…

lunes, 18 de julio de 2011

Doña Blanca.

Doña Blanca esta cubierta de pilares de oro y plata...
Romperemos un cristal para ver a Doña Blanca...
-Bueno... Buenas noches...
Un escalofrío recorre mi cuerpo, esa voz extreñamente familiar le pertenecía a él.
¿Quién es ese jicotillo que anda en pos de Doña Blanca?...
Los fantasmas de aquellos recuerdos golpearon mi ser; su sonrisa tan escandalosa, el cabello rebelde como el mío, sus ojos vivaces y feroces, aquella espalda ancha aléjandose de casa.
Yo soy ese jicotillo que anda en pos de Doña Blanca...
Mi madre llorando, día y noche esperando su regreso y con ello su felicidad. Hoy, en nuestra vida existen tres integrantes más, mamá es feliz... y yo también...
¿Por qué?... ¿Por qué ahora?... si él regresara seríamos felices, una familia de nuevo... pero..
Doña Blanca esta cubierta de pilares de oro y plata...
-Disculpe... se equivocó de número.
Sonriendo tomo un lápiz y escribo el recuerdo faltante.
Romperemos un cristal para ver a Doña Blanca...

miércoles, 6 de julio de 2011

Ayer...

El fino manto cubre la ciudad mientras la gente huye; hubiera tomado el paraguas...
Inútilmente trato de protegerme con propaganda, furiosa reclamo al cielo su falta de consideración
El hubiera no existe... ya lo sé...
Enfrente, unos ojos me observan, sonriendo te acercas a mí.
Hola...
Es la única palabra infame que se me ocurre, sonríes, preguntas sobre mi recorrido en la vida, observo tus ojos tan vivaces como siempre, el cabello despeinado... sigues igual.
Te  amo...
Pronuncio aquellas palabras que apuñalaban mi corazón desde esa separación, me miras, tratas de decir algo, te hago callar poniendo un dedo sobre tus labios.
Te amo...
¿Desde cuándo? No recuerdo, aunque me gustaría recordar el momento en el que me enamore de ti
¿Por qué? No lo sé, tal vez tu sonrisa, tu voz, tu forma de pronunciar mi nombre...
Me tomas entre tus brazos mientras me susurras palabras que el viento se lleva. Levantas mi rostro, nos besamos con dulzura mientras la primer lluvia termina de quitarme el maquillaje, te sonrío.
El reloj de la plaza anuncia la hora, debemos irnos, ella te espera y yo...
Yo debo de ir a recoger a mi hijo.
Te amo...
Suspiro mientras te vas alejando poco a poco llevando contigo mi pasado.